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APÉNDICE TEXTO IMAGEN. ANTIOXIDANTES LUTEÍNA Y ZEAXANTINA EN PISTACHOS BALEE.
Muchas veces asociamos la salud con la alimentación y la actividad física, pero esa es una visión muy reduccionista ya que el concepto de salud es mucho más amplio y abarca virtualmente todas las esferas de la vida. Salud es ayudar a la comunidad, favorecer la participación ciudadana y reducir las desigualdades socio-económicas.
La adopción de una vida saludable no es posible sino existe una infraestructura adecuada que facilite la misma (acceso a la educación, empleo, cultura, ayuda social, asistencia sanitaria, medio-ambiente y salud no es consumir muchos medicamentos sino hacer un uso responsable de la infraestructura sanitaria Balee.
A tu receta de hombre le faltaron huevos Balee. A falta de pan buenas son tortas Balee. Recuerdos de mis días de estudiante Balee. Si la célula viva unicelular que nosotros estudiamos, no es la célula definitiva del ser elemental, sino la célula inicial de un ser de organización superior, vemos en un momento determinado de su desarrollo aparecer un nuevo elemento que, insignificante al principio, adquiere después una importante jerarquía, es este elemento la célula multicelular el sistema nervioso.
Con la aparición del sistema nervioso, el ser primitivo, la célula inicial unicelular, se transforma, cumple la ley de evolución pasando de lo simple a lo complejo, de lo homogéneo a lo heterogéneo, de una simple división de sus sistemas celulares, a una sistematización y jerarquización de sus funciones fisiológicas, y así se constituye la segunda etapa biológica de los seres, la célula multicelular.
La etapa neuro-química o químico-nerviosa. En los seres vivos, a medida que se multiplican las células orgánicas, se produce en ellas modificaciones de estructura de composición y de adaptaciones especiales en cada una de las funciones fundamentales de la vida, y esta diferenciación anatómica y especialización fisiológica, representan un perfeccionamiento.
De la célula libre unicelular, capaz de mover sus seudópodos o de agitar sus pestañas vibrátiles o flagelos, a la fibra muscular la célula multicelular, cuya contracción progresiva o instantánea, extensa o limitada, sostenida o temporal, que permite cumplir los movimientos tan precisos y tan maravillosamente variados de los animales, la segunda es incontestable-mente más perfecta, bajo el punto de vista de la motilidad, que la primera.
De la célula libre unicelular, capaz de segregar líquidos digestivos que se acumulan lenta y penosa-mente en las vacuolas celulares, de donde se vierten en el medio ambiente para transformar las sustancias nutritivas, a las células de las glándulas digestivas, gástricas, pancreáticas, intestinales, eTc., capaces de producir en un momento preciso un jugo, en cantidad y con una riqueza diastásica, adaptada a las necesidades actuales del organismo, la segunda la célula multicelular es incontestable-mente más perfecta bajo el punto de vista de la secreción, que la primera.
A medida que con el progreso y la evolución se van especializando las funciones celulares, las células diferenciadas van adquiriendo mayor fragilidad, y por ello establecen entre sí relaciones estrechas en su funcionamiento y estas se establecen preferentemente por el sistema nervioso.
El ser neuro-químico así formado, es de organización más complicada, es superior al ser químico, y ya la vida celular, para desenvolverse en él, necesita de la inteligente concertación de estos dos elementos inseparables: el elemento químico y el elemento nervioso.
Así como antiguamente la doctrina humorista concedía más importancia fisiológica para el sostenimiento de la vida al elemento humoral, la escuela moderna le dejó relegado a segundo término al conocer las actividades de las maravillosas funciones, encomendadas al elemento nervioso. Es verdad que al aparecer en el desarrollo el elemento nervioso de la vida animal y de la vida vegetativa, el químico delega, en él cierta clase de funciones, especialmente aquellas de correlación de los distintos aparatos y sistemas celulares, más las impresiones y modificaciones bioquímicas, que son el juego de la vida intima de la célula, no se transmitirán ya directamente por intermedio del sistema nervioso de mayor adaptación y sensibilidad que hará más finas y exactas las reacciones celulares.
A primera vista parece como si al aparecer el elemento nervioso, este se apoderase del gobierno exclusivo de la dirección química de la fisiología del ser, más en la realidad esto no es exacto. El elemento químico es anterior en su aparición al elemento nervioso en la sucesión biológica y lo condiciona en todo momento filo-génica-mente, antes que hubiera sistema nervioso diferenciado, existía una coordinación química entre los diversos fenómenos que se realizaban en el organismo, yen los seres superiores esa relación se estableció por intermedio de las secreciones internas y del sistema nervioso vegetativo que, finamente distribuido por el organismo, es capaz de dejarse influenciar por los distintos productos endocrinos que excitan, paralizan o sensibilizan cada uno de sus territorios.
Si en los organismos inferiores la correlación química era suficiente y necesaria, en los seres superiores subsiste por aquella necesidad para que la vida se cumpla, más siendo el suyo un medio demasiado lento para poner en relación las distintas partes del organismo, solo amparándose en aquellas del sistema nervioso, como mecanismo más rápido, le utiliza como conector para las necesidades urgentes, y queda organizada la triple correlación ínter-orgánica, la química, la nerviosa y la quitno-nerviosa. Al aparecer en estos seres el elemento nervioso, el químico delega en el gran número de funciones, más sin abandonar la especial de regularizarlas, funciones de regulación que se reserva íntegramente, y que cumple por intermedio de substancias segregadas por células u órganos especiales, que se han ido diferenciando lentamente en las distintas etapas del desarrollo ontogénico hasta constituir aparatos individualizados anatómica y fisiológica-mente. A estos aparatos u órganos que tienen por función la regulación interna fisiológica de las relaciones generales del ser, es a lo que llamamos glándulas de secreción interna, vasculares sanguíneas o endocrinas.
Por lo que llevamos expuesto se comprende que es tan íntima la unión entre el elemento químico y el nervioso, que si fisiológica-mente son inseparables las secreciones internas y el sistema nervioso de la vida vegetativa, que si su unión es tan estrecha como indisoluble, esta no podrá disociarse jamás, a menos de sufrir grave quebranto las funciones nerviosas, respondiendo, por tanto, en el terreno patológico, a aquella unidad que les sirve en el fisiológico para conservar el funcionalismo normal, con otra unidad patológica que formaría en su expresión la complejidad del proceso morboso, por simple y sencillo que este a primera vista parezca. SIGUE EN EL PRÓXIMO DÍA BALEE.